La visión del Dr. Carrizosa inspiró a un grupo de padres, profesionales, docentes y referentes de la comunidad a dar visibilidad y asistencia a un sector de la población que hasta ese momento era invisible a los ojos de la sociedad paraguaya: las niñas y niños con discapacidad intelectual.
Lo acompañaron en el desafío, firmando el acta fundacional, las siguientes personas: Ing. Luis E. Obiglio, Ing. Alberto Barrail, Dra. Rebeca Schipper de Balansá, Ing. E. K. G. Borjesson, Dr. Leonardo Luis Ruffinelli Sosa, Sra. Graciela Cardozo de Ávila, Sra. Arminda Parodi de Moreno, Sra. Marina Córdoba de Ferreira, Sr. Horacio Casanello, Sra. Nidia Verón de Varela, Dr. Pedro Lobo, Sra. Magdalena Balansá de Sarubbi, Sra. Dolores Irún de Cazal, Sr. Enrique Moreno González y el Dr. Enrique Ibarra.
En los años posteriores a su creación, el DENIDE recibió a sus primeras usuarias y usuarios. Para tal efecto formó un equipo multidisciplinario con profesionales en las áreas de Pediatría, Psicología, Fisiatría, Foniatría, Neurología y Asistencia Social. Además, fueron creados los niveles Pre-Escolares, el Servicio Pre-Vocacional, la Unidad de Reeducación del Lenguaje y el nivel de Estimulación Precoz.
Ya mediados de la década de 1970, el DENIDE siguió ampliando sus áreas de trabajo, habilitando el Departamento de Estimulación Temprana. Otro hito de este periodo fue la creación de la Asociación de Padres del DENIDE (APANIDE), instancia que desempeñó un papel importante en la creación del INPRO (actual Secretaría Nacional por los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad – SENADIS).
Llegada la década de 1980, el DENIDE fue referenciándose ante la sociedad, sosteniéndose mediante el apoyo de empresas y, principalmente, de la ciudadanía de diferentes ámbitos. En este periodo, la cobertura del DENIDE alcanzó a cerca de 100 personas; además, gracias a la donación y posterior venta de un predio ubicado en el centro de Asunción, fue adquirido el lote donde actualmente funciona la Institución, ubicado en el Barrio Bella Vista, demostrando así la visión a futuro de sus directivos.
Otro aspecto a destacar es la participación de jóvenes del DENIDE en las Olimpiadas Especiales Internacionales, así como la victoria de “Juancho” Duarte en las Olimpiadas de 1987, quien se convirtió en el primer atleta paraguayo en obtener la medalla de oro.
Entrando a la década de 1990, el DENIDE contaba con dos áreas de trabajo: la pedagógica y la ocupacional. Se realizaban talleres de cerámica, carpintería, manualidades y trabajo en la huerta.
Ya en los 2000, el DENIDE pasó por un proceso de reestructuración, tanto institucional como administrativa, cambiando la perspectiva de su abordaje y su imagen institucional, acercándose a un nuevo paradigma: el enfoque de Derechos Humanos. En este periodo también se destaca la articulación con sectores académicos como las Carreras de Kinesiología y Agronomía, además de la Facultad Politécnica de la UNA, en calidad de pasantías.